LA GALLINA
Estimados lectores de Mil Caras quiero compartir con ustedes esta sabía enseñanza que algunos ya la conoceran y otros no; a las personas que ya la conocen pueden difundirla y reenviarla a sus amigos y los que no la conocen meditenla y compartanla de igual forma.
Edición: Jhon C. Rodríguez P.
Productor de Mil Caras
Imágen: dreamstime.com
http://jhoncrodriguezp.wix.com/milcaras
Estaba haciendo fila para pagar en el banco y oí cuando 3 señoras que
estaban delante de mí, y que parecían madre e hijas, hablaban y hablaban
de Raimundo y todo el mundo: Que Juan estaba gordo, que María había
cambiado de trabajo, que Ana se había teñido el pelo y bla, bla ,bla, y
entonces la más vieja de las tres les hizo un ademán para que se
acercaran y susurrando dijo: si supieron que Pablo , el hijo de Mónica,
lo van a echar del colegio porque lleva 7 materias perdidas? – No me
extraña – respondio la más bajita. – Es que el pobre es de un BRRUTOO-
añadió. Ay mijita, qué se puede esperar de un hijo ese papá que no sirve para nada y “de tal padre tal astilla”.
QUE HORROR¡¡¡ Así, de una, rotularon al niño como PERDEDOR. Lo
condenaron sin derecho a defenderse, sin derecho a la réplica. Y
entonces me acordé de un cuento que me contó mi mamá hace muchos años y
que ilustra lo que sucede cuando rajamos de alguien. El cuento dice así:
Una señora se acerca a un sabio para pedir consejos y le dice al sabio: “ Señor sabio, me siento mal de haberle quitado la
honra y la fama a fulanita”
El sabio le respondió: Hija, para que te sientas mejor y comprendas un secreto de la vida, vas a hacer lo siguiente:
Vas a comprar una gallina, te la llevas para la cima más alta
Apenas llegues, le quitas una a una todas las plumas.
Después, tomas cada una de las plumas y las lanzas al viento.
Luego, recorres toda la ciudad y recoges cada una de las plumas que lanzaste. Regresas a la cima, tomas la gallina y le vuelves a pegar, en el mismo lugar, una a una TOOODASS las plumas que le arrancaste.
Cuando la señora oyó esto, abrió unos ojos enormes y con voz asustada exclamó:
¡ESO ES IMPOSIBLE!
Y el sabio añadió: "Y sin embargo es más fácil que devolverle la honra y la fama a alguien."
Si no tenemos nada bueno que decir de alguien, mejor quedemonos callados.
Al buen entendedor pocas palabras...
Edición: Jhon C. Rodríguez P.
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